martes, 19 de agosto de 2008

Zaresas, piragüas y saltos al cielo

Cada día me embobo más y más con las Olimpiadas, no lo puedo evitar. Ayer me decía un amigo que se quedó embelesado viendo el salto de trampolín, un deporte, que como él mismo reconocía, si no fueran los Juegos Olímpicos, pues jamás se sentaría a verlo.
Aquí, una muestra de lo que me ha tenido entretenida el principio de la mañana, que ya que estoy en el infierno, por lo menos que haga menos calor.
Si no son semidiosas... parece que hay una única nadadora...
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De él he llegado a leer que tenía algún tipo de minusvalía psíquica porque es una persona tímida y reservada. Porque después de las pasadas olimpiadas donde sorprendió a todo el mundo con dos oros, no hizo grandes declaraciones ni aspamientos. En una entrevista en estos Juegos, incluso, su entrenador ha tenido que justificarle contando que había algunas mañanas que ni si quiera le saludaba a él (cuando me he tenido que levantar yo a las 5 de la mañana para lo que fuese ni me he saludado a mi misma).
Esto es sólo en las clasificatorias. David, sólo ha dicho que ha venido a llevarse los dos oros por los que compite. Pues claro.
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¿Y de esta mujer qué se puede decir? Quizás que es un poco sobervia o altiva... o que sabe de lo que es capaz y segura de sí misma, según como se mire. O quizás que tiene una enorme capacidad de superarse a sí misma porque ella marca el tope y ella lo vuelve a marcar. Como siga así, acabará tocando las nubes (si es que aún no lo ha hecho).

1 comentario:

lexu-jaime dijo...

Lo siento pero aquí otro ejemplo de Olimpismo de despacho:
http://jjoo.marca.com/2008/2008/08/19/vela/1219123184.html



Al deporte se prácticará sólo en los barrios y allí donde haya un comité habrá Circo, circo.