lunes, 25 de agosto de 2008

De cómo se puede actuar en un revés

Hay épocas en las que se nos va poniendo a prueba para ver hasta dónde podemos aguantar.
Situaciones que descuadran nuestros planes futuros, nuestras expectativas, a corto y medio plazo. Estos reveses nos ponen nerviosos, nos enfadan, nos crispan, nos entristecen y/o nos descolocan hasta el punto de no saber muy bien cómo reaccionar en los momentos inmediatos.
Sin embargo, y pese a la absoluta falta de sensatez y madurez obvia, consecuente y lógica de la ruptura de los planes establecidos, lo importante es pensar, analizar y reflexionar sobre la siguiente, y ahora nueva, situación en la que nos encontramos. Porque estas cosas nos pasan a todos, ya seas un ángel, su guardián o una sirena a la que ya casi se le ha olvidado nadar.
Hay que sentarse, pensar, visualizar esa idílica balanza justiciera que tenemos en la cabeza y encontrar la solución menos dolorosa y más eficaz de las que tengamos a mano. Y, por supuesto, la que más feliz nos haga en ese momento. Eso siempre.
Así que lo mejor es sonreir, buscarle un lado positivo al asunto y disfrutar de los ángeles y sus sonrisas, los objetivos, los escenarios, las cenas, las películas y de todo lo que se ponga por delante. Que siempre hay sinsabores que con un buen condimento están para chuparse los dedos.

2 comentarios:

lexu-jaime dijo...

siempre positifvo,
nunca negatifvo.

Su guapa dijo...

Y ahora me lo tengo que aplicar yo también...