miércoles, 25 de junio de 2008

Estados fracasados

No suelen ser portada salvo que haya algún megamillonario de por medio pero de vez en cuando se hacen públicos.
Este artículo me ha parecido interesante... por lo menos para seguir buscando...

lunes, 23 de junio de 2008

Pereza (IV)

Me da pereza que antiguos dirigentes políticos acaparen más atención que los nuevos.
Me da pereza que se dejen el pelo largo.
Me dan pereza sus pulseras a modo de modernos progresistas.
Uff!! qué pereza me dan.
Me da pereza enfadarme con mi hermano.
Me da más pereza que él se enfade conmigo.
Me da pereza que se olviden de mi. Me da pereza no cuidar a los que se olvidan de mi.
Me da pereza la lucha diaria. Me da pereza no luchar contra nada.
Me da pereza tener que estar reconfortándome cada día.
Me da pereza que los demás no dejen de hacerlo.
Me da pereza que no me quieran. Me da pereza no querer.
Me da pereza que el fútbol mueva masas... pero no me da pereza que mueva corazones.
Me da pereza no descansar y nunca estar cansada.
Los días grises me dan mucha pereza.

viernes, 20 de junio de 2008

Marcharse

Los refugiados son personas que han tenido que huir de su país para sobrevivir, casi siempre es la guerra lo que les obliga a partir, pero también el miedo a ser perseguidos, heridos o incluso asesinados por sus ideas políticas, o su pertenencia a una etnia, religión o grupo social determinados.

jueves, 19 de junio de 2008

Mamá, yo quiero ser Esperanza

Porque yo también quiero unos techos altos para que no se me caliente la casa; porque yo también quiero tener (MÁS) problemas para llegar a fin de mes; porque yo quiero gritar que el Real Madrid gana la 7ª, bufanda al cuello, mientras soy Ministra de Educación; porque yo también quiero afirmar rotundamente que Zalacaín El aventurero lo escribió Miguel de Unamuno mientras 'ostentaba' la misma cartera... y, sobre todo, porque me quiero congelar el suelo a 100.000 euros anuales... mamá quiero ser Esperanza, la que empatiza con los más necesitados.

Descalza


Mi ángel de la cebada y su consorte son de esos valientes a los que les gusta una mochila, un tren, un autobús o un avión más que a un tonto una tiza y, como no pueden estarse quietos en un sitio mucho tiempo, decidieron, hace un par de meses, que les tocaba visitar otra parte del mundo.

Con la excusa del enlace de un amigo del consorte cogieron rumbo a la India, y allí recorrieron todo lo que se les puso por delante durante un mes.

Que si un Taj Mahal, que si una purificación en el Ganges, que si una ciudad de los muertos... en fin de todo. Un país que no huele diferente por oler a especias, "sino a mierda" como me declaró encantada, a priori, mi ángel cuando le pregunté por el viaje.

Pero como ellos son de mucho viajar y de mucho conocer no se ciernen a hacer fotos a los monumentos sino que sentarse, hablar, escuchar y atender son otras de sus aficiones.

Así, me contó mi ángel, ya de vuelta, que había conocido a una chica que tuvo que cruzarse andando los Himalayas. Su padre, de la chica, estaba amenzado por el gobierno chino y la pena de muerte sobrevolaba sus cabezas. Nunca hubiera pensado que se pudieran cruzar los Himalayas andando descalza... supongo que esta chica tampoco. Hasta que lo hizo. Y ella, ahora, puede estar pensando que su padre es uno de estos tantos por los que Amnistía Internacional clama al cielo.

miércoles, 18 de junio de 2008

Pereza (III)

Me da pereza que, por tercera semana consecutiva , el lunes vuelva a llover.
Me da pereza que la información se salga de madre y nos hagan creer que nos situamos en estado de pre-guerra.
Me da pereza que alguno se burle de la nada despreciable cantidad de treinta y tantos mil euros de condena, y siga hablando desde su atalaya.
Me da pereza que los demás le sigan escuchando.
Me da pereza saber que sigo teniendo alergia y no puedo respirar.
Me da pereza no poder oler el verano.
Me da pereza despedirme de la gente. Eso, además me da mucha pena.
Me da pereza tener resaca hasta el miércoles

martes, 17 de junio de 2008

Suma y sigue

¿Y qué hace Naciones Unidas sino son cumbres, informes, listados y declaraciones de intenciones?
Nos plantean la situación, la previsión para los próximos diez años... ¿pero y qué hacen?
En Palestina e Israel llevan matándose 70 años y ahí sólo mete mano la Casa Blanca...

viernes, 13 de junio de 2008

Tan contento

Y tan contento y tan tranquilo que parece Sergio García... Le gustan Los Simpson, su actor favorito es Denzel Washington, y lleva portátil en la mochila... pero no tiene ninún color favorito, no sabe cuántos días puede aguantar sin 'desahogarse'- supongo que se referirán a echar un polvo, aunque creo que él mismo no ha entendido la pregunta-, no se lleva la Play porque pesa mucho- como si cargara él todo el rato con la bolsa- y ciudades por conocer... 'una bonita', sin más.
Pero si no era suficiente la sosería de este tipo para colmo hace público que 'no he leído ni los libros de colegio'. Y tan contento.
Esperemos que lo del fútbol le dure mucho...

jueves, 12 de junio de 2008

Mi no-flotador

Mi padre nunca me dejó usar flotador en la piscina porque, por un lado, los demás decían que no era seguro y, por otro, porque desde muy pequeña me tiraron al agua sin ninguna compasión para que me las arreglara yo solita. Por lo menos, al tiempo, surtió efecto y tuvo sus beneficios.

Pero ahora los flotadores hay quiénes necesitan usarlos para otras cosas, e intentan salir de su país, cruzando de costa a costa, encima de uno de ellos... o con un salvavidas, ironías de la vida, o con una barquita de plástico (que para el caso es lo mismo). Que para salir así de tu país, con una mano delante y otra detrás, algo jodido tienes que estar... que digo yo... Ahora, si te pinchan el flotador la cosa se complica...por si con lo que ya había no era suficiente.

Menos mal que mi padre me quitó bien pronto los manguitos.

miércoles, 11 de junio de 2008

Una foto borrosa

Deprisa, corriendo, siempre con prisas y siempre llegando tarde. Gritos, gritos y más gritos. Histeria siempre a su alrededor. Y, sin embargo, siempre tiene un hueco para sentarse calmado a tu lado. Mientras te escucha, sabes que él está pendiente de todo lo que pasa alrededor, te presta atención... siempre... pero a su manera.

Mientras tu hablas sin parar él se ha fumado ya, por lo menos, tres cigarros y va por la segunda caña. Después de un análisis pormenorizado de la situación y una minuciosa elección de las palabras, emite su veredicto. Con cuidado, para no hacerte más daño del necesario te hace ver la realidad de la manera más cercana a tus percepciones e intenta, en la medida de lo posible, que se acerque a lo que sabe que tú vas a hacer. Siempre te entiende. Siempre sabe empatizar.

Pero esta aparente rigurosidad se contrapone a la imagen que proyecta hacia los demás.

Pese a su 'sobrado' conocimiento de las tendendias de la más alta costura, se pasea con camisetas de rayas bajo jerseys de cuadros con los cuellos descolocados y esa prominente barriga, que no hace más que enseñar- muestra de su inconformidad hacia ella-, otorgándole así un aire desaliñado que sólo enmascara una cabeza muy bien amueblada.

Una nariz perfecta y una sonrisa envidiable le han servido durante muchos años- amén de una verborrea que envidiaría cualquier locutor añejo- para ser consuelo y desfogo de noctámbulos madrileños. Ahora, ya vuelto de todo, sólo quiere bajar al sur, mientras ama el norte, para 'despojarse de la ropa' y quitarse las telarañas de la cabeza. Por suerte el corazón, ahora, lo tiene seguro y a buen recaudo.

Tantas cosas que decir que siempre te faltaría algo.

Descuidado, desorganizado, histriónico (eso dice él), ácido, cínico, capaz de reirse de sus propias miserias e inteligente, extremadamente inteligente. Y sobre todo fiel, muy fiel a lo suyo y a los suyos.

Y yo sólo quiero que sea feliz. Que tenga la improcedencia por compasión.

Para él, siempre seré su guapa.

No me lo creo

Estados Unidos ha creado Africom el nuevo mando militar de este país en África que empezará a funcionar este año en Stuttgart con un presupuesto de 400 millones de dólares. Su finalidad será garantizar la seguridad a los países africanos de las amenazas terroristas que puedan sufrir. Y al mando, el militar negro de más alto rango de las Fuerzas Armadas estadounidenses.
No van a militarizar el continente, dice el general Ward, ni va a haber más efectivos en la única base militar que tienen en Yibuti; y, por supuesto, niega que Esatados Unidos quiera garantizarse el petróleo del África Occidental...
¿Y por qué será que no me lo creo?....

lunes, 9 de junio de 2008

Un paréntesis

Andar por la calle sin pensar en nada es un acto cotidiano, habitual, que debido a su frecuencia no lo apreciamos como excepcional: ir corriendo con una dirección determinada y sólo preocupados por llegar a nuestro destino.
Malas caras, empujones y prisas. Prisas, prisas y más prisas sin sonreir, sin prestar atención por lo que hay o pueda pasar a nuestro alrededor. Por eso, si alguien es capaz de hacer que te pares, que descanses y que sonrías es importante contarlo, recordarlo.
Íbamos andando mi ángel de la cebada y yo sin un destino en concreto pero con un fin determinado. Yo con esas prisas que siempre parece que llevo, y mi ángel intentando tranquilizarme, intentando hacerme ver que el azar sería el que me pusiera las soluciones en bandeja.
De repente, alguien consiguió hacernos(me) parar. Alto, delgado, con la cara pintada y un silbato en la boca dirigía la circulación de una de las calles más concurridas de esta inacabable ciudad. De arriba abajo vestido de naranja bailaba, se tiraba al suelo, pitaba y, sobre todo, nos hacía reír. Nos sacó la sonrisa a todos los que volábamos un viernes por la tarde. Unas carcajadas a cambio de casi nada. Unas carcajadas tranquilas, sin prisas, sin preocupaciones. Aplausos.
Y después nos dispersamos para retomar el vuelo... para que al final, como bien me decía mi ángel, fuera el destino el que me pusiera delante la solución.

Qué pasa

Con las piernas cruzadas, apoyado en un banco, no deja que nadie se le escape.
Estará esperándote un rato, y eso le pone muy nervioso, con lo que termina liándose un cigarrillo para hacer los minutos más llevaderos. Saca el papel y lo engancha en el revoltijo de pulseras que le caen sobre la muñeca; vierte las hebras del tabaco sobre la palma de la mano y coloca el papel encima. Saca una boquilla. Lia el cigarro. Coloca la boquilla y corta el papel que le sobra. Un ritual estudiado, pormenorizado, que tiene los antecedentes en una adolescencia rebelde que se acompañaba de horas de césped y risas provocadas. Se lo acerca a la boca despacio, y lo mantiene un rato, lo inhala, lo disfruta. Vuelve a olvidarlo entre los dedos y ahí se apaga, mientras gesticula, mientras habla por teléfono, mientras piropea a alguien. Mientras se deja perder entre la multitud.
Intentando mostrar un estilo descuidado, coordinado por casualidad, sin haberle prestado a penas atención, deja ver en realidad una minuciosa elección de cada uno de los elementos de los que su vestimenta se compone. Se la juega entre los aires madrileños y las pretensiones de ese norte que tanto adora. La camiseta, roja o negra depende del día, le cae sobre los hombros. Más grande de la que debería utilizar perfila, sin embargo, los brazos, el pecho y la cintura. Los pantalones, muy por encima de la talla que necesita, caen por debajo de las caderas para mostrar así las bondades de esa zona donde la espalda pierde su honrado nombre. Gracias a esto, podemos ver todo tipo de calzoncillos para deleite y escándalo de propias y ajenas. Las zapatillas, de modelos impensables, siempre con el velcro desabrochado, parecen salírsele de los pies.
Se estira, mira hacia arriba, hacia abajo. No tiene paciencia. Se saca un anillo, se aprieta uno de los pendientes de la oreja... se coloca el pendiente de la nariz... se quita una pulsera, se la vuelve a poner... está intranquilo. Una lata de cerveza le hace la espera más llevadera... eso y 'el cambio de acera de las caderas' que se pasean por delante de él.
Por fin bajas, y ahora él habla por teléfono. Te acercas, le miras, te sonríe, te hace que le sujetes la lata de cerveza mientras apunta algo en un papel que saca de tu bolso. Ahora esperas tú. Cuelga, te mira y acaba sonriendo mientras refunfuña por todo lo que has tardado de más, porque 'podrías haberle avisado de que ibas a salir más tarde'. Te echa el brazo por encima del hombro, te ofrece cerveza pese a que sabe que no te gusta. Le agarras la barba, le estiras de la oreja y, mientras te susurra en el oído lo despeinada que estás, te envuleve en su aroma de tabaco y colonia para bebés. Bajais la calle, tú a trompicones porque esa postura en la que te lleva no es cómoda para ti, buscando un sitio para cenar y él sólo te pregunta:
- qué pasa?
Y tú, tranquila, despreocupada porque ya estás bajo sus brazos, sólo puedes responder 'nada, todo bien'.

Al cabo de un rato, justo antes de entrar al bar en que el vais a comer algo, te coge del brazo, te gira y, sin esperártelo, te besa. Por todo eso estás enamorada de él.

Pereza (II)

Los lunes que vuelven a llover me dan pereza.
Me da pereza tener las chanclas preparadas y sólo poder usar las pantuflas de invierno.
Me da pereza la gente que habla de los moros. De los negros. De los que llegan en pateras sin nigún tipo de consideración. Me dan pereza los chalés en la sierra.
Me da pereza que sólo se hable de Christiano Ronaldo.
Me da pereza que Nico Abad sea el que más sabe de tele... y de fútbol.
Me da pereza que ahora los demócratas americanos, después de varios meses de lucha electoral cual profetas de la salvación mundial, sean amigos, se apoyen y sólo ahora piensen que Obama es el verdadero motor del cambio. Eso sí que me da pereza...
Me da pereza que Apple, sin invertir ni un duro en publicidad, todos los días tenga presencia en algún medio de comunicación en el que se cuente alguna de sus novedades tecnológicas.
Me da pereza que el iPhone sea el producto más esperado para la nueva temporada y que ya vaya por la segunda generación!!
Me da pereza que la semana pasada fuera la cumbre de la FAO y todo el mundo supiera que hace mucha falta la ayuda a los países del tercer mundo, y esta semana ya nadie se acuerde.

Me da pereza no saber cuándo va a dejar de llover.

miércoles, 4 de junio de 2008

Bien

En la esquina, con ese aire entre misterioso y despistado, mirando como pasa la gente y en realidad sin darse cuenta de nada lleva ya diez minutos parado.
Las manos metidas en los bolsillos, para no fumar, y el medio mechón de pelo que le cae sobre los ojos. La camisa, blanca, con las mangas enrolladas hasta los codos, y más abullonada de lo que lo políticamente correcto permitiría, está al borde de despuntar del cinturón, para acabar cayendo suavemente a las caderas.
La corbata color champán, regalo de las navidades pasadas, hace intuir que a primera hora de la mañana la coronó un perfecto nudo windsor. A estas horas, donde el calor ya empieza a ser un habitual, medio desecha, deja ese perfecto cuello al aire para poder ser besado dentro de unos minutos.
La chaqueta del traje, elegido con premeditación y alevosía por esa cuñada infame, está sobre los hombros, medio doblada, dejando ver ciertos resquicios de una juventud rockera donde las chupas de cuero y los pantalones pitillo eran el único atuendo que se podía permitir.
Y ahí está él. Que te espera, tranquilo, sin prisas, sin enfados porque lo único que quiere es verte bajar por esas escaleras y poder abrazarte, besarte, hasta dejarte sin respiración.
Ni si quiera lleva el Ipod, no quiere dejar pasar ni un minuto desde que te vea aparecer.
Tiene un regalo para ti. Lleva preparándolo varias semanas. Con las ganas que tenías tú de ir a Berlín!! Y por fin él se ha decidido. Ha hablado con tus compañeros de trabajo para que ese viernes te echen antes de comer de la oficina y ahí estará él, preparado- después de haber estado saliendo toda la semana pasada tarde del trabajo para acumular las horas y no tener que ir el viernes, mientras tú ya estabas algo intranquila- con la camiseta verde que tanto te gusta, los vaqueros a medio abrochar y las zapatillas rojas. Ahí estará, esperándote.
Pero ya son las 8 y, por hoy, basta. Bajas las escaleras, sabes que él estará, como todos los días y, sin embargo, un cosquilleo te recorre el estómago. Sales del portal y le ves. Te regala esa sonrisa que te vuelve loca desde el primer día, se acerca, te mira y sólo existes tú en medio de la Gran Vía. Te ve preciosa, radiante, como si no te hubiera visto levantarte esta mañana con el pelo revuelto y unas ojeras hasta los tobillos. Y ahora, despeinada, con la cara cansada y una incipiente calentura en el labio inferior, te besa como si nunca antes lo hubiera hecho. Te besa y te sigue besando. Cuando para, te mira, te vuelve a sonreir y sólo pregunta:
- ¿Qué tal el día?
Y tú, ahora, ya puedes responder que 'bien'.

martes, 3 de junio de 2008

Indígenas


Pues como que no se yo si estoy muy a favor de que no paren de descubrir pueblos indígenas...
El caso es que la llegada de "colonos", como se les ha llamado toda la vida, a las entrañas de las selvas, amazonias y ríos salvajes a mí, me preocupa un poco.
Sí, porque si siguen descubriendo y descubriendo... pasa lo que tiene que pasar...que el petróleo, y lo que no es petrtóleo, es demasiado jugoso como para dejárselo a unos incivilizados salvajes... ¡qué ellos no sabrán disfrutarlo!
Antes de la llegada de los "descubridores", en el 1500, había entre unas cinco y trece millones de personas repartidas en mil tribus por toda la selva amazónica. En la actualidad sólo quedan alrededor de 350.000 indígenas en Brasil distribuidos por 200 tribus.
Sin embargo, aún queda un reducto en la amazonia peruana donde "se esconden" quince pueblos no contactados.
Y yo espero que sigan sin contactar.

lunes, 2 de junio de 2008

Pereza

Los lunes que llueve me dan pereza.
Me da pereza la gente a la que nunca se le olvida el paraguas y en los días de lluvia no se moja (donde lo que no da pereza es mojarse)
Me da pereza la gente a la que no se le riza el pelo cuando llueve.
Me dan pereza los que comen judías verdes con patata cocida para no engordar. Y al día siguiente comen coliflor, y otro día lentejas, y otro día verdura al vapor. Y comen manzanas entre horas... Y se visten de color caqui, y beige, y gris... y con bailarinas doradas...
Me da pereza la gente que no come bollos de chocolate, que no pica entre horas y que nunca pierde un tren.
Me da pereza la gente que lleva pantalones de pinza y no se pisa los bajos.
Me da pereza la gente que siempre va bien peinada, que se maquilla bien y que nunca tiene ojeras.
Me da pereza la gente que habla bajito, que siempre sonríe y que nunca tiene malos días.
Me da pereza sonreír cuando no tengo ganas; salir a ligar o que me liguen.
Me da pereza que siempre haya algún/a intensa que crea que sus blogs son para resarcirse del vacío que se va apoderando de ellos/as.

Cada vez más cosas me dan pereza.