martes, 5 de agosto de 2008

Tintos de verano

Estos días he estado perezosa, y mira que no soy especialemente dada a ello, pero me han tenido entretenida con otros menesteres.
Aunque mucha gente no lo comprenda, la ociosidad en mayor medida me pone extremadamente nerviosa, y dejar que las horas pasen sobre mí mientras tengo que guardar el tipo de la mejor manera posible, acaba con la poca paciencia que aún no se me ha derretido.
Así, llevo varios días enfrascada en ciertos trabajos veraniegos que apelan al buen sentido del humor de la gente y a la forma de tomarse la vida cuando el calor no te deja casi pensar. Sin embargo, los hay más papistas que el papa y no entienden que una pregunta puede tener su lado divertido, inteligente e irónico, que creo está permitido, siempre y cuando el receptor entienda el mensaje más allá del contexto y el ruido que haya a su alrededor y desafíe, así, las normas establecidas por McLuhan.
Pero bueno, habrá que seguir pensando que la estupidez, el aburrimiento, el puritanismo y la hipocresía humana sobrepasa los límites de la racionalidad, el calor y los tintos de verano.

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