miércoles, 11 de febrero de 2009

En Paz

Y Eluana se muere. Por fin, en paz y para tocarle las narices al Estado y a la Iglesia. 17 años callada y ahora que tenía algo que decir, lo dice. A su manera, como puede.
Y a su padre, un señor que antes vendía moquetas, le tildan el Vaticano y el corrupto marbellí de asesino. De haber matado a su hija. Un hombre que llamaba su 'esplendor' la ha matado porque ella misma, con 11 años, ya expresó lo que sentía por su vida: que era suya y que nadie más podía decidir por ella.
Pero lo que más le preocupa a la Santa Sede es que hay 2.000 personas en Italia alimentadas de la misma forma que lo estaba Eluana, eso y que un padre ha podido vencer, moralmente al menos, a una 'organización' (creo que lo llamaré así) religiosa y al presidente de una República como la italiana donde los avíos católicos pesan más que torre de Pisa.
¿Y ahora? ¿Cuántas cosas más va a tener que soportar este hombre hasta que, al fin, le dejen descansar en paz?

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