Espíritu Navideño

Esta mañana leía en La Gaceta de los Negocios... esa revista-periódico conservadora-conservadora sobre la laicidad de los colegios y lo que esto va a suponer: que se pierda el Belén, La Semana Santa, Los Reyes Magos... e ilustraba la información con una bonita foto donde una buena mujer portaba una pancarta que rezaba más o menos lo que acabo de decir. Todo esto, mientras se encarba a Fernando Pastor, presidente de la asociación internacional de ateos.

Para colmo, se lee hoy por el mundo que los puestecillos de Plaza Mayor que no tengan motivos puramente navideños no pueden colocarse en la misma, con lo cual las pedorretas, las pelucas, las cacas de mentira y todas esas cosas por las que realmente íbamos a comprar a la Plaza Mayor de Madrid, pues se van a otra (a la Plaza de Santa Cruz, para los interesados). ¿El motivo? recuperar el espíritu navideño. Ya.

A mi la Navidad como que me gusta, consumismos y cargos de conciencia a parte y que casi siempre piense que algo estamos haciendo mal, como que me da buen rollo (unos años más que otros, he de decir)... pero lo de Jesús, la Vírgen María, los pastorcitos, los angelitos... la mula... el buey... y los petardos, la sidra, las pelucas de colores, luces, bolitas... Pues eso, que el espíritu navideño se compone de muchas cosas, de muchos elementos que se han ido sumando poco a poco y que nadie tema, como nuestro gran rouco, que por ser más laicos llegaremos a un estado nazi, que para esas cosas ya están otros.