martes, 10 de marzo de 2009

Recordar

Dicen que el tiempo lo cura todo, que el tiempo cierra las heridas y que, a medida que va pasando, te ayuda a olvidar. Eso, a veces pasa y a veces no. Depende de muchas cosas, claro, y depende, también, de las ganas que cada uno tenga de aceptar esas consecuencias que el tiempo nos pone en bandeja para que las aprovechemos... o no.
Hay veces que queremos olvidar; hay otras veces que olvidamos, sin más; otras veces no nos queda más remedio que olvidar, y hay otras ocasiones que no nos dejan olvidar por más que nos lo proponemos... Sin embargo, hay ciertas cosas que no nos da la gana olvidar. No, porque lo pasado fue bonito, porque disfrutamos con ello, porque nos regaló recuerdos que no vamos a poder dejar nunca pasar y, sobre todo, porque no queremos que desaparezca.
Igual ya se nos ha olvidado el olor, incluso la cara, los rasgos, la sonrisa... pero no se nos ha olvidado lo que era, quién era y cómo era. Por eso, y para que nadie nos obligue a olvidar casi nada, hay que guardar los recuerdos en una caja de tortillas, de quesos y de botes de nutella. Para que nunca se nos olvide.
Buen día, princesa.

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