miércoles, 24 de junio de 2009

Sudokus

Yo no sé hacer sudokus. Ni si quiera lo he intentado pero creo que no sabría hacerlos. También creo que soy de las pocas que en el metro-cercanías-bus no va cuadrando uno de estos crucigramas numéricos.
Creo que empezaron a proliferar por España hará unos cuatro veranos, más o menos, y ese invierno siguiente que volví a Madrid todo el mundo iba ya con su lapicerito y su papelito echando cuentas y calculando filas y columnas. Algo completamente imposible para mi. Mi hemisferio del cerebro, que debería dedicarse a eso, está completamente obsoleto.
Pero el sudoku ha hecho que cualquier persona se entretenga haciendo sudokus (menos yo). Ayer, el señor que iba sentado a mi lado en el cercanías tenía las manos agrietadas, con restos de yeso, unas botas con puntera de acero y una mochila con el atillo diario. En frente, una señora mayor, unos 65-70 años, también liada con la última página de un diario gratuíto y dándole a los números. Miro al otro lado, y otra chica con el lápiz y las cifras... ¡y es que todo el mundo sabe hacer sudokus! (menos yo).
Estos entuertos han logrado que casi todo el mundo piense, razones, abra su mente y se desarrolle echando cuentas y números. Todo el mundo menos yo... que sigo leyendo.

2 comentarios:

hemoscaido dijo...

Yo tampoco se hacer sudokus. Es más, me parecen un invento del demonio para reírse de los de letras. Vivan las sopas de letra!

lexu-jaime dijo...

Tratar de sonreir y no morir en el intento es el mayor Sudoku que se haya inventado.

Y de ese no nos libramos por mucha preza que tengamos.

Buena semana, mejores calores.