La bufanda de mi padre

Escribía Fernando León de Aranoa un cuento, a cuento del centenario del Atlético de Madrid, en el que dos hombres en un bar miraban a otro que se sonreía él solo en la barra durante todo el rato. Después de mucho especular acabaron preguntándole por qué no paraba de sonreír, y éste les contestó que era porque esa misma noche 'le tocaba sexo con su esposa'. Eso es lo que nos pasa a los del Atleti, que sabemos que sólo ganamos una noche, pero esa lo disfrutamos de verdad.

El Kun ha sido criticado por sus declaraciones tras el partido con el Almería de la pasada jornada e, incluso, un compañero de equipo, Leo Franco, ha salido en defensa del 'míster' diciendo que Aguirre está haciendo lo que el club le ha venido pidiendo desde que está en el mismo (vaya tela).

Y es entonces cuando al preguntarle anoche a mi papá (Atlético desde siempre, futbolero como el que más pero moderado en sus comentarios, y alejado de cualquier tipo de fanatismo absurdo) por el partido del domingo, cabecea, resopla y me mira con gesto de desaprobación. Se enfada, me argumenta con nombres, posiciones de jugadores, jugadas y minuto en el que se produjeron las mismas, la necesidad de cambiar de técnico para su equipo colchonero.

Había estado esa tarde viendo el Liverpool-Everton y estaba tan contento. Había visto a un par de jugadores del Everton que serían básicos para su Atleti, que 'nos vendrían muy bien en medio del campo' (siempre le he escuchado eso del medio del campo) porque, por lo menos, 'estos no van a permitir acabar con un Almería en empate con un tío de menos'.

'¿Y lo que ha dicho el Kun?'- le digo. 'Pues es la verdad, lo que tenía que decir'.

'Mira que Caparrós no me cae bien, pero creo que es lo que el Atlético necesita, un tío que sepa aunar al vestuario, que sepa hacer las cosas como hay que hacerlas'. Y a partir de ahí me explicó toda la estrategia que el sevillano está llevando a cabo en el Bilbao (eso, y una serie de nombres de jugadores de 20 años que jamás podré repetir).

Pero llegamos a casa y supongo que el enfado con Aguirre se le pasó, porque lo primero que hizo fue enseñarme la bufanda nueva que se habían comprado la semana pasada en el campo y 'lo calentita que era para estos días que hace tanto frío en el Calderón'.