martes, 30 de septiembre de 2008

Cosquilleos

De vez en cuando hay un cosquilleo que te recorre las entrañas.
Empieza siendo casi inapreciable hasta que llega a convertirse en un escalofrío mitad insoportable, mitad embriagador.
Hay veces que se nota desde el primer momento y la sensación se distingue con claridad: la sangre se remueve como si de la desembocadura de un río se tratara, la sensación térmica sube por encima de lo normal, pero, como contrapunto, la piel se escama como la de un pececillo. Un vendaval de contradicciones que sólo consigue descolocarte e impedir cualquier intento de raciocinio.
Pero otras veces la cosa es más soterrada y se va haciendo notar de poquito a poco. Al principio no hay ningún síntoma de alteración hormonal. Tranquilidad pasmosa y absoluta. Después, hay ciertas miradas que dejan entrever algo raro que se diferencia de lo habitual pero, sin embargo, no le dedicas más tiempo del anteriormente establecido y lo dejas pasar sin darle mayor importancia. Pese a todo, llega la tercera etapa...y algo te mosquea de verdad. Entonces el cosquilleo se hace patente: las entrañas, como antes decía, se remueven y la razón pierde cualquiera de sus virtudes.
Llegados a este punto es importante tener cautela y mucha sangre fría (aunque de sobra es conocida la imposibilidad de ambos propósitos) ya que si no se actúa con cuidado y se intentan controlar las pulsiones, la catástrofe se hace inevitable y la estupidez absoluta se apodera de ti.
A partir de aquí, es cuando hay que dejar de pensar... o por lo menos dejar de intentarlo, básicamente porque sólo es una pérdida de tiempo.
(entiéndase catástrofe en la última acepción que da la RAE da de esta palabra)
catástrofe.

(Del
lat. catastrŏphe, y este del gr. καταστροφ, de καταστρφειν, abatir, destruir).
5. f. Cambio brusco de estado de un sistema dinámico, provocado por una mínima alteración de uno de sus parámetros.

2 comentarios:

lexu-jaime dijo...

Y si tras experimentar el cosquilleo no tenemos a mano la pauta para el nuevo estado dinámico, ni regresamos al anterior, entonces, podemos decir que estamos en Crisis.

Su guapa dijo...

Me encanta la crisis!! creo que es mi estado natural, de hecho...