Embajadora de los países olvidados

Ayer mientras tomaba una caña con una amiga ésta me decía que a ella le era totalmente indiferente si ganaba Obama o Clinton las primarias de su partido; que le daba igual si Sarkozy era popular o no, o si Berlusconi departía sobre los colores pastel de este, nuestro gobierno recién estrenado.
Con la segunda caña de por medio la cosa siguió su curso, y me decía mi ángel de la cebada, que ella no sabía nada sobre lo que pasaba por Uzbekistán, Turkmenistán, Etiopía o Sierra Leona. No tenía muy claro si algo tan sencillo como el sistema político de estos países era una monarquía, una república o una dictadura militar.
Así que, desde hoy, este blog se erige como "Embajador de los países olvidados"- amadrinado por mi ángel de la cebada- y se compromete, por lo menos, dos veces por semana a prestarle un poquito de atención a esos confines del mundo de los nadie se acuerda sin que sepamos muy bien por qué.