viernes, 16 de mayo de 2008

5.000 firmas

De todos es bien sabido que, en lo que a deporte se refiere, soy una ferviente seguidora desde una final de champiñones futbolera hasta de una carrera de avestruces, si tal evento se me pone por delante. Pero también saben mis adyacentes que si hay algo que me saca de mis casillas son las gilipolleces (perdón) que hacen los también fervientes seguidores de cualquier equipo en cuestión. Sí, claro, los del fútbol se llevan la palma.
Está bien eso de ir al estadio a pasar un buen rato, ver el partidillo por la tele y hacer de seleccionador en cada jornada liguera. La cosa se empieza a desmadrar cuando haces miles de kilómetros para ver la semifinal de tu equipo del alma que se la juega a un "todo o nada" en Kiev (por poner un ejemplo) o los llantos inconsolables cuando la cosa se ha quedado en un nada.
La enajenación completa llega cuando estos exacervados seguidores se pegan unos contra otros porque los de la camiseta verde tienen más razón que los de la camiseta rosa... Aunque al día siguiente todos tengan que ir a currar por igual...
Pero creo que la estupidez suprema llega cuando un señor se dedica a buscar 5.000 firmas para poder pedir la moción de censura al presidente de su equipo de fútbol en cuestión porque, entre otras poderosas razones, pone publicidad costosa en la camiseta de sus amores.
Si es que lo de aunar esfuerzos para erradicar el hambre en el mundo o para que los pisos del Raval no se caigan es una pérdida de tiempo...

Vaya tela...

1 comentario:

lexu-jaime dijo...

Gomaspuma decís "si dinero no habrá pero pa tontas..."

Por cierto, se te ve en: http://upsur2.blogspot.com/

Yo y mis circunstancias, no son excusas, más bien contextualizaciones de porqué cuesta tanto un acto de olor.jijijij