martes, 28 de julio de 2009

Las penas con pan...

Pues otro verano en el infierno. Pensaba yo que la cosa no iba a pasar de tres meses y ya llevo más de un año y tres meses sumida en las catacumbas. Lo que pasa que desde hace algún tiempo el infierno es menos infierno, las catacumbas son menos catacumbas y lo de ver las cosas desde el lado bueno, o buscarle el lado bueno a las cosas, hace que los bombardeos hayan remitido durante los últimos tiempos. Tampoco vamos a fiarnos de las treguas que nunca se sabe, por si acaso (esta el mercado como para andarse con bobadas...)

Será, quizás, porque las agujetas llevan un tiempo siendo de color de rosa, será porque llevo el corazón colgando en sus manos (jejeje, Baute cuánto daño has hecho) o será porque, quizás, hay que aprender a disfrutar de lo que se tiene de la mejor manera posible. Será porque me están enseñando a disfrutar de lo que me pasa y no acabar en el pozo oscuro cuando algo no sale como yo esperaba.

Puedo pensar que el calor infernal me está derritiendo el cerebro y mis aspiraciones, deseos profesionales y anhelos de grandeza laborales empiezan a enquistarse dentro de un conformismo inusitado para la trayectoria que me he venido marcando desde hace unos años... pero puede que sea, también, que he bajado a la tierra, que me he chocado con la realidad y que a veces el mundo terrenal es más bonito de lo que yo me pensaba. Mola tomar cañas por las tardes y echarse la siesta sin preocupación alguna.

A todo esto, hay que sumarle, para ser sinceros, que el infierno ahora ya no es tan infierno, que las catacumbas empiezan a tener un poco más de luz y que ya no me encuentro sola y vacía dentro de ellas. Que por las noches duermo mejor, sueño más bonito y me despierto sonriendo. Las penas con pan, son menos penas.

2 comentarios:

hemoscaido dijo...

¿Acaso te envían poemas de puño y letra y canciones de 440?

Naira dijo...

No, es más de batidos ricos...