miércoles, 17 de marzo de 2010

Textos vacíos

Uyss qué difícil se pone la cosa cuando te obligas a teclear sin más, cuando te dicen eso de que "lo importante es no perder la agilidad de palabra"... ya, claro, ni que la falidad de palabra fuera tan sencilla. Supongo que es más bien un hábito adquirido, algo que para quien tiene la costumbre lo hace sin más, sin pensarlo. Yo, descubrí hace algunos años, que cuando me tiro al agua muevo las partes de mi cuerpo que son necesarias para mantenerme a flote de forma inconsciente. No pienso qué debo hacer. Lo hago.

Entiendo que lo mismo le pasa a Maruja Torres (no me cae especialmente bien, pero leer sus textos es una maravilla de fluidez y ritmo) cuando se pone frente a la pantalla de su portátil desde Barcelona o desde cualquier parte del mundo. Que le da igual haber tomado café que no haber dormido que estar de resaca. Que todo le sale bien. Sí, me falta un montón, un montón, para sólo acercarme a eso. Lo sé.

Así que mientras, para no idiotizarme, escribo tonterías vacías de contenido y que no dicen nada, pero consiguen mantenerme ocupada escribiendo y no olvidando cuáles deben ser las reglas gramaticales básicas, cómo deben coordinarse las palabras para que suenen bien y qué puede enganchar al lector en un texto que se sabe, de ante mano, no tiene nada interesante en su interior.

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