jueves, 3 de diciembre de 2009

Spanglish...

Voy a clases de inglés. Después de tres años de propósitos incumplidos en octubre, por fin, me apunté a clases. Y con ganas: dos días a la semana tres horas cada día. Hasta mayo… vamos que intensivo bien intensivo.

El caso es que son muchas las razones por las que una se apunta a clases de inglés: que si el trabajo, que si viajes, que si es la lengua universal… y bueno, pues también porque siempre está bien saber cosas nuevas y si es un idioma ‘de todos’ y generalizado pues como que mucho mejor (poco sentido tendría apuntarse a guanche, silbo gomero, o latín, las cosas como son).

Está muy bien que sea un medio común para comunicarnos y establecer así unos lazos con gente con la que de otra manera ‘parece’ sería imposible. Todo esto, claro está, viene de las colonias, de la Armada Invencible que nos dio por ahí en su momento, y que dejamos de meternos en la vida y pueblos de los demás y nos cogieron ventaja los ingleses llegando a todas las fronteras… anda que si los vikingos hubieran tenido un poco más de suerte… el caso, que para entenderte más allá de Andorra hay que hablar en inglés. Correcto.

De todo esto se deriva que las empresas si quieren hacer negocio deben tratar todo en inglés…. TAMBIÉN, es decir, que además de hacerlo en castellano, que para eso es el único de los 4 idiomas co-oficiales que lo es en todas las comunidades españolas, deben informar en inglés para que su difusión sea mayor fuera de nuestras fronteras.

Pues las hay que no. Las hay que son muy internacionales, que son muy extranjeras, que son muy de fuera… y las cositas sólo las ponen en inglés. Qué le vamos a hacer. Será porque el inglés valora más las cosas… o no.

Si ahondamos un poco más, resulta que la comunidad hispano parlante no deja de crecer y no deja de ser el idioma que dentro de pocos años sea el más rentable de todos… exceptuando el Chino, que ellos siempre ganan.

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